La literatura de Rosalía de Castro se sitúa, tanto en el plano real como en el ficcional, en un momento de transformación sociopolítica que genera tensiones y crea nuevas subjetividades. Esta condición se refleja en sus textos creando, así, un discurso que establece un puente entre el imparable progreso y los modos de vida pasados en declive. En obras como su novela breve Ruinas (1866), la autora se sirve de la imagen alegórica de las ruinas con el propósito de visibilizar e introducir una problemática que se desprende de la confrontación entre los antiguos modelos socioeconómicos y la fundación de otros nuevos derivados del incipiente capitalismo y expandidos hasta la periferia gallega. En definitiva, se propone un acercamiento a la figura espacial y espectral de las ruinas como representante de ese diálogo tensional entre pasado y presente que infunde, además, en la autora un doble compromiso político, por una parte, con su pensamiento democrático y revolucionario y, por otra, con la defensa de la especificidad cultural de su comunidad.
Bibliografía:
Dende o futuro da investigación literaria. Liñas, métodos e propostas, vol. 1